Las madres no solo se desbordan en amor hacia sus hijos, sino que por su desarrollada intuición son capaces hasta de premonizar el futuro de sus hijos.
A continuación una célebre poesía de una madre dominicana, poetiza excepcional, Salome Urena de Henriquez, quien fue capaz de agorar el futuro de su hijo, Pedro Henriquez Urena, conocido como el Humanista de America.
MI PEDRO
Mi Pedro no es soldado; no ambiciona
de César ni Alejandro los laureles;
si a sus sienes aguarda una corona,
la hallará del estudio en los vergeles.
¡Si lo vierais jugar! Tienen sus juegos
algo de serio que a pesar inclina.
Nunca la guerra le inspiró sus juegos:
la fuerza del progreso lo domina.
Hijo del siglo, para el bien creado,
la fiebre de la vida lo sacude;
busca la luz, como el insecto alado,
y en sus fulgores a inundarse acude.
Amante de la Patria, y entusiasta,
el escudo conoce, en él se huelga,
y de una caña, que transforma en asta,
el cruzado pendón trémulo cuelga.
Así es mi Pedro, generoso y bueno,
todo lo grande le merece culto;
entre el ruido del mundo irá sereno,
que lleva de virtud germen oculto.
Cuando sacude su infantil cabeza
el pensamiento que le infunde brío,
estalla en bendiciones mi terneza
y digo al porvenir: ¡Te lo confío!